José Luis Valverde Morales

José Luis Valverde Morales

En la primera generación de estudiantes del Liceo de Escazú, mencionar a “Coco” basta para que sepamos que se trata de Socorro Gross Galiano, la compañera excepcional que un día abrazó la medicina como su profesión y fue propuesta por el gobierno de Costa Rica para el más alto cargo dentro de la Organización Panamericana de la Salud, elección prevista para setiembre en Washington D.C.
Como tantas personas que habitan en nuestro territorio, Coco lleva la sangre de dos naciones hermanas, Nicaragua y Costa Rica, su piel cobriza delata sus orígenes de los que ella se siente profundamente orgullosa.
Coco siempre se distinguió por muchas razones, su excepcional encanto físico y su incomparable belleza de espíritu, su aguda inteligencia, aderezada con la humildad, nos tocó compartir la enseñanza pública y las correrías de muchachos, de una Costa Rica, donde todos estábamos hermanados, el rico, el pobre, los pocos que tenían vehículo y los que andábamos a pie, el hijo del obrero y del intelectual, éramos una gran familia.
Coco era una mas del grupo, para entonces quien escribe era el presidente del segundo año y cuando no llegaba algún profesor, nos íbamos a bajar guabas, jocotes y a bañarnos en las incontables pozas de los afluentes del María Aguilar, para entonces limpio y lleno de mojarras, gupis, sardinas y olominas, entre toda aquella bola de mozalbetes, hombres y mujeres, no podía faltar Coco.
No exenta de vicisitudes se graduó de médica en la Universidad de Costa Rica, laboró para el Seguro Social hasta que se enroló en la OPS de la que ha sido representante en diversas naciones: República Dominicana y Nicaragua fueron sus últimos destinos, antes de recalar en la capital norteamericana, donde fue elevada hasta el cargo de segunda de a bordo de la Organización Panamericana que ahora aspira a dirigir.
La doctora Socorro Gross Galiano, guarda intactos los sentimientos de nobleza incubados en su familia y en su patria, ella aspira, no para vanagloria, sino; porque se sabe embajadora de un país, que cimentó en la salud las profundas raíces de su democracia.
En la primera generación de estudiantes del Liceo de Escazú, mencionar a “Coco” basta para que sepamos que se trata de Socorro Gross Galiano, la compañera excepcional que un día abrazó la medicina como su profesión y fue propuesta por el gobierno de Costa Rica para el más alto cargo dentro de la Organización Panamericana de la Salud, elección prevista para setiembre en Washington D.C.
En la primera generación de estudiantes del Liceo de Escazú, mencionar a “Coco” basta para que sepamos que se trata de Socorro Gross Galiano, la compañera excepcional que un día abrazó la medicina como su profesión y fue propuesta por el gobierno de Costa Rica para el más alto cargo dentro de la Organización Panamericana de la Salud, elección prevista para setiembre en Washington D.C.
Como tantas personas que habitan en nuestro territorio, Coco lleva la sangre de dos naciones hermanas, Nicaragua y Costa Rica, su piel cobriza delata sus orígenes de los que ella se siente profundamente orgullosa.
Coco siempre se distinguió por muchas razones, su excepcional encanto físico y su incomparable belleza de espíritu, su aguda inteligencia, aderezada con la humildad, nos tocó compartir la enseñanza pública y las correrías de muchachos, de una Costa Rica, donde todos estábamos hermanados, el rico, el pobre, los pocos que tenían vehículo y los que andábamos a pie, el hijo del obrero y del intelectual, éramos una gran familia.
Coco era una mas del grupo, para entonces quien escribe era el presidente del segundo año y cuando no llegaba algún profesor, nos íbamos a bajar guabas, jocotes y a bañarnos en las incontables pozas de los afluentes del María Aguilar, para entonces limpio y lleno de mojarras, gupis, sardinas y olominas, entre toda aquella bola de mozalbetes, hombres y mujeres, no podía faltar Coco.
No exenta de vicisitudes se graduó de médica en la Universidad de Costa Rica, laboró para el Seguro Social hasta que se enroló en la OPS de la que ha sido representante en diversas naciones: República Dominicana y Nicaragua fueron sus últimos destinos, antes de recalar en la capital norteamericana, donde fue elevada hasta el cargo de segunda de a bordo de la Organización Panamericana que ahora aspira a dirigir.
La doctora Socorro Gross Galiano, guarda intactos los sentimientos de nobleza incubados en su familia y en su patria, ella aspira, no para vanagloria, sino; porque se sabe embajadora de un país, que cimentó en la salud las profundas raíces de su democracia.
En la primera generación de estudiantes del Liceo de Escazú, mencionar a “Coco” basta para que sepamos que se trata de Socorro Gross Galiano, la compañera excepcional que un día abrazó la medicina como su profesión y fue propuesta por el gobierno de Costa Rica para el más alto cargo dentro de la Organización Panamericana de la Salud, elección prevista para setiembre en Washington D.C.
Algunos creen que los periodos presidenciales no son de cuatro, sino de dos años  y esto es un falacia, es como si un partido de fútbol concluyera en el primer tiempo. A partir del próximo 8 de mayo arrancará la segunda etapa para el gobierno de la república, esperamos que doña Laura afine la alineación, balance al equipo, revise la estrategia y ojala, por el bien del país obtenga el ansiado triunfo.
La gestión gubernamental y el fútbol, guardan similitudes, los aficionados se sienten expertos, el fanatismo está incluido, hay gran exposición mediática y los  protagonistas con gran facilidad pasan de héroes a villanos.
Un equipo de balompié que se precie, no solo debe hacer los mejores fichajes al principio, debe tener una excelente planilla para los relevos e ir formando prospectos desde las fuerzas básicas y lo más importante, tener un patrón de juego, de lo contrario todo se transforma en una desordenada mejenga.
En el primer tiempo doña Laura confirmó que no siempre el mejor amigo es el idóneo para el puesto, a veces también sucede que a quien se quiere fichar, no le interesa el equipo y es que la canalla es infame, pero además, el salario no resulta competitivo, de ahí que es preferible seguir en lo privado antes que exponerse al escarnio público.
Un equipo ganador lo es desde la banca, el director técnico triunfador tiene a su lado consejeros que complementan sus naturales falencias, alguien que le diga objetivamente como observa el partido y le sugiera los ajustes que debe considerar el entrenador.
En los últimos días la Señora Presidenta debió mover la banca, algunos se auto expulsaron y llegó el natural recambio.
Para el segundo tiempo doña Laura ha dado buenas señales, ha buscado consejo en las canas y la experiencia en materia hacendaria, pero también es claro que su alineación tiene jugadores que evidencian desgaste y es hora de sacarlos.
¡El partido no termina hasta que se acaba! ya los gringos nos dieron una amarga lección en la anterior eliminatoria mundialista, cuando en 20 segundos nos quitaron el boleto de las manos. Fútbol y política, cuántas pasiones y semejanzas.
Algunos creen que los periodos presidenciales no son de cuatro, sino de dos años  y esto es un falacia, es como si un partido de fútbol concluyera en el primer tiempo. A partir del próximo 8 de mayo arrancará la segunda etapa para el gobierno de la república, esperamos que doña Laura afine la alineación, balance al equipo, revise la estrategia y ojala, por el bien del país obtenga el ansiado triunfo.
“No hay día que no se llegue, ni plazo que no se venza” las máximas populares están impregnadas de sabiduría, todo bajo el sol tiene fecha de vencimiento.
No es extraño escuchar a un funcionario público decir: “estoy en propiedad” y este solo hecho lo reviste de un fuero contra cualquier acechanza, aunque haga su trabajo con desgano se siente intocable, eterno, infalible, cuando lo irrefutablemente cierto es que todos…absolutamente todos, somos interinos, aves de paso, aunque sea larga la estación en el camino, nadie sobrevivirá.
Con mucha frecuencia olvidamos lo transitoria de la existencia, a no pocos obnubila el poder, el presidente venezolano Hugo Cháves Frías, tuvo que admitir lo contado de sus días, cuando hace apenas un tiempo, antes de la enfermedad que le fue diagnosticada, hablaba como el pequeño dios que regía los destinos de su pueblo, al que llevaría a la tierra prometida de un socialismo utópico, rancio, inviable.
“Nada es para siempre” es el título de una hermosa película plena de paisajes, las criaturas mutamos a cada instante, el que fuimos ayer, ya no lo somos hoy y mucho menos mañana.
“Vanidad de vanidades” reza el proverbio bíblico, una frase que debería colocarse en grandes carteles en cualquier vía que transitemos y así recordarnos la fragilidad humana, lo endeble de nuestra existencia, lo fatuo del orgullo, del poder, de los bienes materiales, de lo suntuoso, todo efímero y pasajero.
“Simplifica…simplifica” fue la hermosa máxima del sabio norteamericano Henry David Thoreau y es que a decir verdad, deberíamos alivianar la carga del camino,  así será mas sencillo el tránsito hacia el infinito.
Todo tiene fecha de vencimiento, no solo el producto que adquirimos en el mercado es perecedero, a diferencia de lo material, en donde se lee lo finito de su vigencia, los seres humanos lo ignoramos, podemos estar a segundos, a minutos, pueden ser horas o talvez días, la fecha de caducidad es un misterio y aunque venimos al mundo con ese sello indeleble, su tinta imborrable, escapa a la más aguda de las miradas.
“No hay día que no se llegue, ni plazo que no se venza” las máximas populares están impregnadas de sabiduría, todo bajo el sol tiene fecha de vencimiento.
No es extraño escuchar a un funcionario público decir: “estoy en propiedad” y este solo hecho lo reviste de un fuero contra cualquier acechanza, aunque haga su trabajo con desgano se siente intocable, eterno, infalible, cuando lo irrefutablemente cierto es que todos…absolutamente todos, somos interinos, aves de paso, aunque sea larga la estación en el camino, nadie sobrevivirá.
Así habló San Pablo a los Corintios: “El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso; no es grosero ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal; el amor no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera”
No hay definición que se le iguale, en cada adjetivo está la naturaleza del amor, diferente al enamoramiento, esa especie de bruma que ciega y atormenta, el verdadero amor no es poseer a toda costa, por el contrario, es dar hasta que duela, como decía sabiamente la Madre Teresa de Calcuta, hacerlo con desprendimiento sin esperar retribución alguna.
Muchas veces los medios de comunicación se empeñan en desvirtuar la naturaleza del amor, materializan el sentimiento como si una joya, una residencia, un vehículo, cualquier posesión material fuera sinónimo de este estado excelso, hasta se dejan decir “que mató por amor” antítesis de su esencia.
El amor no involucra sólo la relación de pareja, debemos amar al prójimo como uno de los mandamientos supremos seamos creyentes o no,  primero amarnos a nosotros, porque nadie puede dar lo que no posee, hacerlo con el entorno, amar el aire, los árboles, el sol, la lluvia, la tormenta, los celajes, la música, el silencio, cada instante mientras inhalamos y exhalamos la vida.
Que decir de la amistad, sino que es la perla engarzada en la joya del amor, es el hombro solidario, la palabra oportuna, el mutismo compañero cuando a alguien le carcome el alma alguna pena, pero siente la respiración cercana de quien sabe que en su impotencia solo es suficiente el abrazo compañero.
El amor y la amistad son acontecimientos superlativos de la existencia humana, la fragancia que impregna el devenir y le fija el norte hacia le presencia omnipotente de Dios, hasta donde llegamos sobre las alas fuertes y el músculo poderoso de un corazón agradecido.
Jorge Debravo el poeta y profeta turrialbeño complemento el mandato de San Pablo y nos conminó a  amar, como si este fuera…el oficio eterno.
Así habló San Pablo a los Corintios: “El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso; no es grosero ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal; el amor no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera”
No figuró en los planes de gobierno, pero paradójicamente, es el que más réditos le ha deparado a la imagen de la Presidenta Laura Chinchilla Miranda,  me refiero al tema de isla Calero, un humedal casi desconocido hasta que a los gobernantes del vecino país se les ocurrió que era tierra de nadie.
La historia ya es harto conocida y no es pertinente abundar en un tema que es dilucidado en la Corte de la Haya, donde se quedarán buena parte de los dólares que tanta falta le hacen a los vecinos de Nicaragua y a nosotros.
La isla Calero sacó del anonimato a compatriotas que vivían en el abandono en la zona limítrofe, al margen del desarrollo, con el progreso a sus espaldas y a veces uno piensa, qué buena falta le hace a nuestros indígenas algo similar para que despierten conciencias y nos percatemos que ellos también existen, a manera de anécdota, recuerdo cuando altos jerarcas del pasado gobierno, con prominencia en el actual, llegaron a poner la primera dosis de una vacuna  y a estas horas, si te ví, ni me acuerdo con las subsiguientes, aunque llamen imbéciles a quienes no se alinean con su pensamiento.
Edén Pastora, el comandante cero pero no tico, sino nica, nos pegó un remezón, como la vez que se metió al Palacio Nacional en tiempos de Somoza, ahora lo hizo en un humedal nuestro y con esa bravuconada insensata, le cambió el curso a la historia de compatriotas que vieron llegar un camino, la electricidad y quien lo hubiera dicho meses atrás, hasta la telefonía celular.
Ahora se anuncia que esos parajes podrían convertirse en un nuevo Parque Nacional, en hora buena por todo lo que significa para la flora, la fauna y lo más importante, para el desarrollo turístico que ojala bañe a dos pueblos hermanos siameses Costa Rica y Nicaragua.
Bienvenido el Parque Juanito Mora que profundice el recuerdo del héroe nacional y de todos los caídos a consecuencia del cólera morbus, cuando fueron a echar a las huestes filibusteras de una tierra hermosa, flagelada aún por algunos de sus malos hijos.
No figuró en los planes de gobierno, pero paradójicamente, es el que más réditos le ha deparado a la imagen de la Presidenta Laura Chinchilla Miranda,  me refiero al tema de isla Calero, un humedal casi desconocido hasta que a los gobernantes del vecino país se les ocurrió que era tierra de nadie.
La muerte inexorable no respeta condiciones, labora sin horario definido y a su huesuda mano, no escapa ni el más pintado, es totalitariamente democrática, implacable y en su omnipotencia, a veces se da el lujo hasta que nos olvidemos de ella, sabe que reina y de ahí emana su mandato y sólido poder.
La parca arranca por igual a jóvenes o a viejos, no tiene preferencias de sexo, riqueza, lo mismo levanta a la descomunal belleza que a la desproporcionada fealdad, al engreído que al humilde, al jocoso que al amargado…
Traigo a colación el tema, a raíz de la desaparición física en los últimos días del año, del eminente médico y humanista Agustín Páez Montalbán, quien ejercía un cargo de representante sindical ante la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social.
El doctor Páez era de esos profesionales que infundían confianza, su gabacha  nunca fue escudo para mirar por encima del hombro a sus semejantes, de sonrisa fácil y abrazo cálido, no era extraño escuchar a un paciente o a cualquier ciudadano llamarlo “Tin” y él siempre se sintió cómodo con el diminutivo de su nombre, que lejos de empequeñecerlo, lo elevaba como el extraordinario ser humano que era.
En un fenómeno inédito, las distintas organizaciones sindicales coincidieron en postular su nombre para la silla en el directorio de la Caja, lo usual era una terna que le dejaba la discreción al Consejo de Gobierno de inclinarse por uno o por el otro, acorde a las afinidades con el Poder Ejecutivo.
En una de las últimas sesiones del año, el doctor Páez compartió con sus compañeros del directorio un hermoso poema de Víctor Hugo que entre sus párrafos dice:
“Te deseo que descubras con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen y te rodean seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices..”
El maestro Páez señaló el camino a quien le suceda en la Junta Directiva de la Caja, así, muy a su estilo, con su sonrisa franca, le guiño el ojo a la muerte.
La muerte inexorable no respeta condiciones, labora sin horario definido y a su huesuda mano, no escapa ni el más pintado, es totalitariamente democrática, implacable y en su omnipotencia, a veces se da el lujo hasta que nos olvidemos de ella, sabe que reina y de ahí emana su mandato y sólido poder.

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