A ver Orietta, te voy a contar la Leyenda de la piedra de Aserrí.
A ver, dejame sentarme y que nuestros oyentes se acomoden también para escucharla.
Era otra época, eran otros tiempos; y el pintoresco poblado de Aserrí, estaba gobernado por un español ilustre y bien parecido; Pérez Colma era su nombre y muchas miradas femeninas seguían sus pasos y eran muchos los corazones que suspiraban por el apuesto hombre.
MUJER 1: Ese hombre es el más guapo de todo este Aserrí….
Mujer 2: Afortunada la mujer que se despose con tan elegante y bien parecido caballero…
Entre ellas sobresalían los ojos negros ojos de mujer misteriosa: Zárate.
Baja y gorda, era esta señora, cuyos grandes ojos tenían una mirada fiera y maliciosa, al hablar movía mucho las cejas y salpicaba su conversación de estridentes carcajadas.
ORIETTA: Vaya, esa mujer no parece como muy cristiana…
Así es, Zárate acostumbraba peinar su oscurísimo cabello en dos trenzas y su andar era cadencioso. Zárate era muy dueña de sí misma, acostumbraba imponer a todo el mundo sus caprichos y también solía curar sus enfermedades, y es que ella era una bruja.
Orietta: Una Bruja?
Un bruja. Cuando acudían a ella gentes con casos tristes, les obsequiaba frutas, luego la gente al llegar a sus cosas descubrían que estas se habían convertido en piedras preciosas y monedas de oro.
ORIETTA: Entonces era una bruja buena…
Mmmm Así era Zárate y ella también se había enamorado de Pérez Colma, y así se lo hizo saber, pero el hombre la despreció.
(GUSTAVO ROJAS acento español). Pero cómo se te ocurre mujer, no te has visto en un espejo? Y no me has visto a mi? Jamás podría fijarme en vos. Qué ocurrencias por Dios santísimo!
Zárate insultada decidió vengarse de Pérez Cola y del pueblo entero.
Orietta: Cómo?
Días después la aldea amaneció convertida en una enorme piedra, los habitantes en animales de la montaña y el apuesto gobernador en pavo real.
ORIETTA: en un Pavo Real? Y Entonces?
Y entonces… Mañana seguiremos con esta Leyenda, que es extraída del Libre Leyendas costarricenses del compilador Elías Zeledón.
No se la pierda.
A ver Orietta, te voy a contar la Leyenda de la piedra de Aserrí.
A ver, dejame sentarme y que nuestros oyentes se acomoden también para escucharla.
Era otra época, eran otros tiempos; y el pintoresco poblado de Aserrí, estaba gobernado por un español ilustre y bien parecido; Pérez Colma era su nombre y muchas miradas femeninas seguían sus pasos y eran muchos los corazones que suspiraban por el apuesto hombre.
MUJER 1: Ese hombre es el más guapo de todo este Aserrí….
Mujer 2: Afortunada la mujer que se despose con tan elegante y bien parecido caballero…
Entre ellas sobresalían los ojos negros ojos de mujer misteriosa: Zárate.
Baja y gorda, era esta señora, cuyos grandes ojos tenían una mirada fiera y maliciosa, al hablar movía mucho las cejas y salpicaba su conversación de estridentes carcajadas.
ORIETTA: Vaya, esa mujer no parece como muy cristiana…
Así es, Zárate acostumbraba peinar su oscurísimo cabello en dos trenzas y su andar era cadencioso. Zárate era muy dueña de sí misma, acostumbraba imponer a todo el mundo sus caprichos y también solía curar sus enfermedades, y es que ella era una bruja.
Orietta: Una Bruja?
Un bruja. Cuando acudían a ella gentes con casos tristes, les obsequiaba frutas, luego la gente al llegar a sus cosas descubrían que estas se habían convertido en piedras preciosas y monedas de oro.
ORIETTA: Entonces era una bruja buena…
Mmmm Así era Zárate y ella también se había enamorado de Pérez Colma, y así se lo hizo saber, pero el hombre la despreció.
(GUSTAVO ROJAS acento español). Pero cómo se te ocurre mujer, no te has visto en un espejo? Y no me has visto a mi? Jamás podría fijarme en vos. Qué ocurrencias por Dios santísimo!
Zárate insultada decidió vengarse de Pérez Cola y del pueblo entero.
Orietta: Cómo?
Días después la aldea amaneció convertida en una enorme piedra, los habitantes en animales de la montaña y el apuesto gobernador en pavo real.
ORIETTA: en un Pavo Real? Y Entonces?
Y entonces… Mañana seguiremos con esta Leyenda, que es extraída del Libre Leyendas costarricenses del compilador Elías Zeledón.
No se la pierda.
