Miércoles, 06 Febrero 2008 18:00

Civismo y Patriotismo

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Esas dos palabras que sirven de título, han sido utilizadas, últimamente, por grupos cuyos intereses son muy particulares aunque dicen que su lucha es cívica y patriótica. Para fundamentar este comentario, considero oportuno que veamos que significan estos dos términos en el diccionario español y tenemos que Civismo significa: Celo por las instituciones e intereses de la patria y Patriotismo: Amor a la patria.

A la luz de esas dos definiciones, contrastemos las acciones de algunos de esos grupos autodenominados cívicos y patrióticos. Cuando se dio la decisión de la Sala Constitucional de derogar el artículo de la Constitución Política que impedía la reelección presidencial, los representantes de esas agrupaciones criticaron, de forma irrespetuosa, a las y los señores magistrados por esa decisión y advirtieron en un acto público, que si Óscar Arias era elegido presidente, ellos desconocerían esa elección.

Sin duda, que quienes así se manifestaron, desconocieron nuestro ordenamiento jurídico y a las instituciones creadas por la Constitución Política para dirimir asuntos como el resuelto por la Sala IV. Pero mayor irrespeto fue el atreverse a decir que si el candidato liberacionista, era electo o sea que si obtenía el 40 por ciento o más de los votos válidos emitidos, no aceptarían la decisión de la mayoría, siendo entonces ellos una minoría. Es claro y evidente que en su decir, no fueron ni cívicos, ni patriotas.

Otra manifestación nada cívica y mucho menos patriótica, es haber acuñado esa frase gallo-gallina, como es hablar de la democracia de las calles, nuevamente, en este otro decir, también hay un claro irrespeto a nuestra paz social y política, a los derechos del resto de la ciudadanía y de nuevo a la Constitución Política misma.

Pues bien, resulta que esos grupos, autodenominados cívicos y patriotas, tienen su representación en la Asamblea Legislativa, por medio de las y los integrantes del PAC y de dos fracciones unipersonales, que han puesto todo su empeño en volver a gritar NO pero esta vez no es al TLC, sino a la voluntad mayoritaria de las y los costarricenses, que en el referéndum, precisamente buscado por ellos, dijo SI al tratado de libre comercio y como es bien sabido, este no puede funcionar sin las leyes de implementación. Por lo tanto, se puede afirmar que el espíritu del SI, alcanza también a esas leyes, por ser ellas necesarias para que entre a operar el tratado.

No obstante lo anterior, argumentan que su deber es discutir ampliamente cada uno de los proyectos de ley. Pero no deberían olvidar que, cuando el Poder Ejecutivo pretendió, el año pasado, que se conocieran esos proyectos de ley, esas y esos diputados se negaron, aduciendo que conocerlos, era lo mismo que conocer y exponerse a aprobar el TLC. Pero como la mayoría del electorado no los apoyó, quieren ahora desconocer el mandato popular, con la digna excepción de Andrea Morales y así cambiaron su decir de que las leyes de implementación son lo mismo que el TLC. Hubo tiempo para discutir esas iniciativas pero no lo quisieron hace.

No se ama a la Patria desconociendo sus instituciones, su estado de derecho, ni irrespetando la voluntad soberana de las mayorías, aunque estuvieran equivocadas. Las y los verdaderos patriotas, amantes de nuestras instituciones, de nuestra paz social y política, quedamos notificados de este discurso oportunista de esas y esos obstruccionistas legislativos, insisto freno ya no al TLC, por ser este tema resuelto, sino que este bloqueo, en realidad, es a la democracia costarricense y sobretodo es un claro acto de desobediencia al mandato popular. En las próximas elecciones, cívica, constitucional y patrióticamente, como corresponde a nuestras mejores tradiciones, el pueblo de seguro, les va a pasar la factura a estos grupos políticos por su actuar anti cívico y antipatriota. 

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