Lunes, 05 Diciembre 2011 05:10

De vacaciones profilácticas

Las vacaciones profilácticas supone la necesidad de que el trabajador sea temporalmente separado de una actividad laboral que le produce riesgo .Serían vacaciones con fines preventivos o de profilaxis a los funcionarios que laboren en relación directa y permanente con pacientes, aparatos, sustancias o materiales susceptibles de dañar gravemente la salud.
Qué bonito…me gusta mucho Costa Rica. Yo también quiero vacaciones profilácticas. Hasta hace pocos días, habían oído hablar o leído sobre este tema. Ahora el tema está de moda, con la huelga de los anestesiólogos de la muy maltratada Caja del Seguro Social. Y se dice que tienen justificación legal para pedirlas.
Yo solo me preguntó si otros trabajadores del país tienen derecho a unas “VACIONES PROFILACTICAS”  y si estarían amparados a la legislación laboral costarricense.
Mi papa siempre trabajo en zapatería, agachado, dándole duro al cuero, con olor a cemento para pegar suelas. Supongo que le provocaba dolores de espalda el estar sentado casi todo el día, que se majaba los dedos, se cortaba las manos con los cuchillos afilados, las sustancias del cemento o pegamento se le metía en los pulmones y costaba que se le despegara de los dedos. Y también en otro tiempo pasaba todo el día parado atendiendo una pequeña tienda de zapatos, oliendo pies hediondos y hasta con “parranda”, principalmente los que llegaban con botas de hule bien sudados. Había que estar limpiando los zapatos para quitarles el polvo diario, el cual se le metía a uno entre los ojos y nariz -de seguro que le llegaba a los pulmones-. Y NUNCA LE DIERON, NI PIDIO VACACIONES PROFILACTICAS.
Mi mamá cosía y cosía ropa y hacía remiendos en la máquina de coser. Casi todo el día sentada.  Se le agotaba la vista, y de seguro también le dolía la espalda. Y NUNCA LE DIERON, NI PIDIO VACACIONES PROFILACTICAS.
A mí se me ha caído el pelo, se me ha encogido el cerebro de tanto pensar y escribir; el estrés me ha brotado la cara, tratando siempre de hacer bien mi trabajo en el campo ambiental, cuando lo hay. Y NUNCA HE PEDIDO VACACIONES PROFILACTICAS. Es que se me caería la cara de vergüenza, si lo hubiera siquiera pensado.
Así puedo seguir contando historias de historias sobre hombres y mujeres, que aún continúan trabajando en condiciones no aptas, afectados en su salud y ni por asomo se atreven a pedir vacaciones profilácticas, ni siquiera saben qué es eso. Y lo que es peor, ganan salarios bajos y tienen que sobrevivir a brincos y saltos, para pagar su alquiler de casa, comida y con gran esfuerzo pagar la educación de sus hijos, que en la práctica, no es ni gratuita, ni obligatoria costeada por el Estado, como dice la Constitución Política.
¿Quién tiene más derecho a vacaciones profilácticas, estos que las piden hoy, que ganan jugosos salarios en la seguridad social y que también lo hacen en la práctica privada, o Juan Pueblo, usted  y mucha otra gente que realmente necesitan de unas vacaciones, aunque no sean profilácticas?
ALEXANDER BONILLA DURÁN
Las vacaciones profilácticas supone la necesidad de que el trabajador sea temporalmente separado de una actividad laboral que le produce riesgo .Serían vacaciones con fines preventivos o de profilaxis a los funcionarios que laboren en relación directa y permanente con pacientes, aparatos, sustancias o materiales susceptibles de dañar gravemente la salud.
Qué bonito…me gusta mucho Costa Rica. Yo también quiero vacaciones profilácticas. Hasta hace pocos días, habían oído hablar o leído sobre este tema. Ahora el tema está de moda, con la huelga de los anestesiólogos de la muy maltratada Caja del Seguro Social. Y se dice que tienen justificación legal para pedirlas.
Yo solo me preguntó si otros trabajadores del país tienen derecho a unas “VACIONES PROFILACTICAS”  y si estarían amparados a la legislación laboral costarricense.
Mi papa siempre trabajo en zapatería, agachado, dándole duro al cuero, con olor a cemento para pegar suelas. Supongo que le provocaba dolores de espalda el estar sentado casi todo el día, que se majaba los dedos, se cortaba las manos con los cuchillos afilados, las sustancias del cemento o pegamento se le metía en los pulmones y costaba que se le despegara de los dedos. Y también en otro tiempo pasaba todo el día parado atendiendo una pequeña tienda de zapatos, oliendo pies hediondos y hasta con “parranda”, principalmente los que llegaban con botas de hule bien sudados. Había que estar limpiando los zapatos para quitarles el polvo diario, el cual se le metía a uno entre los ojos y nariz -de seguro que le llegaba a los pulmones-. Y NUNCA LE DIERON, NI PIDIO VACACIONES PROFILACTICAS.
Mi mamá cosía y cosía ropa y hacía remiendos en la máquina de coser. Casi todo el día sentada.  Se le agotaba la vista, y de seguro también le dolía la espalda. Y NUNCA LE DIERON, NI PIDIO VACACIONES PROFILACTICAS.
A mí se me ha caído el pelo, se me ha encogido el cerebro de tanto pensar y escribir; el estrés me ha brotado la cara, tratando siempre de hacer bien mi trabajo en el campo ambiental, cuando lo hay. Y NUNCA HE PEDIDO VACACIONES PROFILACTICAS. Es que se me caería la cara de vergüenza, si lo hubiera siquiera pensado.
Así puedo seguir contando historias de historias sobre hombres y mujeres, que aún continúan trabajando en condiciones no aptas, afectados en su salud y ni por asomo se atreven a pedir vacaciones profilácticas, ni siquiera saben qué es eso. Y lo que es peor, ganan salarios bajos y tienen que sobrevivir a brincos y saltos, para pagar su alquiler de casa, comida y con gran esfuerzo pagar la educación de sus hijos, que en la práctica, no es ni gratuita, ni obligatoria costeada por el Estado, como dice la Constitución Política.
¿Quién tiene más derecho a vacaciones profilácticas, estos que las piden hoy, que ganan jugosos salarios en la seguridad social y que también lo hacen en la práctica privada, o Juan Pueblo, usted  y mucha otra gente que realmente necesitan de unas vacaciones, aunque no sean profilácticas?
ALEXANDER BONILLA DURÁN

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