Sábado, 10 Julio 2010 10:47

Un árbitro de armas tomar

Escrito por
Don Armando Mórux Sancho, gran deportista y profesor de educación física en el Instituto de Alajuela, hoy fallecido, escribió el libro “Memoria. Liga Deportiva Alajuelense”, que todo liguista debiera conocer.
En ese libro viene la siguiente anécdota, ocurrida en 1923, 4 años después de fundada la Liga, en la cancha del Herediano, en San Francisco. Había apenas 50 fanáticos liguistas venidos en un camión expreso, y unos 1550 heredianos.
Cuando faltaban apenas 15 minutos para finalizar el partido, que iba dominando la Liga, “Cayito” Arguedas envió un balón débil que apenas rozó el poste e ingresó al marco del liguista Arnulfo Zeledón.
Sin embargo, tres minutos después, el delantero Claudio “Tuto” Alfaro metió el balón en el marco florense.
Pero el desconsuelo herediano estaba por venir, pues cuatro minutos después, el extremo izquierdo Israel Gutiérrez evadió a dos rivales y pegó un puntazo esquineado, que dejó atónito a medio mundo.
El árbitro Egon Holst, de origen alemán dio por buena la anotación y para que no hubiera duda alguna, consultó con Otto Hutt, quien actuaba como juez de puerta, ya que en esos tiempos no había redes y se colocaba a un auxiliar arbitral en cada marco y, aun siendo herediano confeso, validó el gol, pues el balón había entrado al marco.
¡Y ahí se armó el zafarrancho!
La multitud, a la cual se sumaron varios jugadores heredianos, quiso atacar al árbitro Holst. Este, firme e impávido, se quedó en el centro de la cancha, sacó una pistola y gritó:
¡Al que se me acerque, le meto un tiro!
Ante tan inesperada determinación del árbitro, la barra florense se abalanzó entonces contra los jugadores liguistas y su pequeña barra. A puñetazos, pedradas, leñazos y lanzamiento de sillas, ya que en esos tiempos tampoco había graderías, dejaron seriamente heridos a varios alajuelenses.
La Liga puso la denuncia y el resultado fue que suspendieron por nueve meses y un año respectivamente, a los jugadores Eladio Rosabal y Otoniel Martínez.
Además multaron al Club Sport Herediano con 50 colones, y le aceptaron el retiro de la Liga Nacional del año 1923, para retornar el año siguiente.
¡ojalá nunca más necesitemos de árbitros de armas tomar!
Recopilación de Luko Hilje Quirós
Don Armando Mórux Sancho, gran deportista y profesor de educación física en el Instituto de Alajuela, hoy fallecido, escribió el libro “Memoria. Liga Deportiva Alajuelense”, que todo liguista debiera conocer.
En ese libro viene la siguiente anécdota, ocurrida en 1923, 4 años después de fundada la Liga, en la cancha del Herediano, en San Francisco. Había apenas 50 fanáticos liguistas venidos en un camión expreso, y unos 1550 heredianos.
Cuando faltaban apenas 15 minutos para finalizar el partido, que iba dominando la Liga, “Cayito” Arguedas envió un balón débil que apenas rozó el poste e ingresó al marco del liguista Arnulfo Zeledón.
Sin embargo, tres minutos después, el delantero Claudio “Tuto” Alfaro metió el balón en el marco florense.
Pero el desconsuelo herediano estaba por venir, pues cuatro minutos después, el extremo izquierdo Israel Gutiérrez evadió a dos rivales y pegó un puntazo esquineado, que dejó atónito a medio mundo.
El árbitro Egon Holst, de origen alemán dio por buena la anotación y para que no hubiera duda alguna, consultó con Otto Hutt, quien actuaba como juez de puerta, ya que en esos tiempos no había redes y se colocaba a un auxiliar arbitral en cada marco y, aun siendo herediano confeso, validó el gol, pues el balón había entrado al marco.
¡Y ahí se armó el zafarrancho!
La multitud, a la cual se sumaron varios jugadores heredianos, quiso atacar al árbitro Holst. Este, firme e impávido, se quedó en el centro de la cancha, sacó una pistola y gritó:
¡Al que se me acerque, le meto un tiro!
Ante tan inesperada determinación del árbitro, la barra florense se abalanzó entonces contra los jugadores liguistas y su pequeña barra. A puñetazos, pedradas, leñazos y lanzamiento de sillas, ya que en esos tiempos tampoco había graderías, dejaron seriamente heridos a varios alajuelenses.
La Liga puso la denuncia y el resultado fue que suspendieron por nueve meses y un año respectivamente, a los jugadores Eladio Rosabal y Otoniel Martínez.
Además multaron al Club Sport Herediano con 50 colones, y le aceptaron el retiro de la Liga Nacional del año 1923, para retornar el año siguiente.
¡ojalá nunca más necesitemos de árbitros de armas tomar!
Recopilación de Luko Hilje Quirós
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