Lunes, 06 Diciembre 2010 05:22

EN EL 184 ANIVERSARIO DE “LA CORTE "´

El pasado 1 de octubre la Corte Suprema de Justicia celebra, en sesión solemne, sus  184 años  de su “efectiva” instalación.
Este hecho resulta de especial importancia recordarlo, para entender lo qué es el Poder Judicial y enfatizar sobre algunos temas  de importancia:
Primero: La necesidad de una modernización constante del Poder Judicial, respondiendo, hoy, a la “sociedad de la información y el conocimiento” en las que el mundo se encuentra y de la que las actuales autoridades judiciales ha sabido responder adecuadamente, según lo demandan las circunstancias que vive el país.
Segundo: Para cumplir con el principio constitucional de hacer justicia pronta, cumplida, sin denegación y en estricta conformidad con la Constitución Política y demás  leyes, que el Estado le procuré al Poder Judicial, con absoluta prioridad, el respaldo presupuestario suficiente para responder a las exigencias de un país en acelerado tránsito al desarrollo, en todos los niveles.
Tercero: Deben aprobarse las leyes, casi todas propuestas por el mismo Poder judicial, de vital importancia, en ámbitos administrativos, fiscales y jurisdiccionales que urgen a fin de lograr la eficiencia  y la eficacia,  judicial y jurisdiccional, que se le exigen al Poder Judicial, como son, entre otras  temáticas,  las de seguridad y crimen organizado.
Cuarto: Atender otros asuntos y reformas legislativas como la “desjudicialización” de ciertas materias, que han hecho nido, sin justificación, en el órgano judicial; la aprobación de Códigos,  sustantivos y procesales; reformas constitucionales urgentes para dinamizar el Poder Judicial, entre la que destaca una profunda reingeniería de la  Sala Constitucional.
Para atender los anteriores cometidos, que no son sino algunos de los tantos que urgen, hay que tener presente que el Poder Judicial es un poder que estará, siempre, en continuos cambios, pues así lo exige la “realidad” circundante.
Como se ha dicho, en reiteradas ocasiones: “…Si examinamos el siglo XIX, el Estado costarricense pronto organizó y tuvo muy claro cómo estructurar el Poder Ejecutivo y al Legislativo, pero el Judicial fue un problema tras otro, un traspié y más equivocaciones y todavía podría verse que estamos haciendo esfuerzos para organizar ese sector del Estado, cuando ya los otros están sólidos en su definición.   Esto se debe, tal vez a que el derecho y la justicia son cuestiones muy delicadas, graves y tenues que se contraponen a la meridianidad de la política y a la facilidad de ejecución de las obras ( Guier, Jorge)”
Que al conmemorarse un año más de instalada la Corte,  el Poder Judicial se le fortalezca para que continúe siendo el garante, por excelencia, de la estabilidad política, económica y social del país y de la sólida democracia que será la mejor herencia que dejaremos a las futuras generaciones de costarricenses.
El pasado 1 de octubre la Corte Suprema de Justicia celebra, en sesión solemne, sus  184 años  de su “efectiva” instalación.
Este hecho resulta de especial importancia recordarlo, para entender lo qué es el Poder Judicial y enfatizar sobre algunos temas  de importancia:
Primero: La necesidad de una modernización constante del Poder Judicial, respondiendo, hoy, a la “sociedad de la información y el conocimiento” en las que el mundo se encuentra y de la que las actuales autoridades judiciales ha sabido responder adecuadamente, según lo demandan las circunstancias que vive el país.
Segundo: Para cumplir con el principio constitucional de hacer justicia pronta, cumplida, sin denegación y en estricta conformidad con la Constitución Política y demás  leyes, que el Estado le procuré al Poder Judicial, con absoluta prioridad, el respaldo presupuestario suficiente para responder a las exigencias de un país en acelerado tránsito al desarrollo, en todos los niveles.
Tercero: Deben aprobarse las leyes, casi todas propuestas por el mismo Poder judicial, de vital importancia, en ámbitos administrativos, fiscales y jurisdiccionales que urgen a fin de lograr la eficiencia  y la eficacia,  judicial y jurisdiccional, que se le exigen al Poder Judicial, como son, entre otras  temáticas,  las de seguridad y crimen organizado.
Cuarto: Atender otros asuntos y reformas legislativas como la “desjudicialización” de ciertas materias, que han hecho nido, sin justificación, en el órgano judicial; la aprobación de Códigos,  sustantivos y procesales; reformas constitucionales urgentes para dinamizar el Poder Judicial, entre la que destaca una profunda reingeniería de la  Sala Constitucional.
Para atender los anteriores cometidos, que no son sino algunos de los tantos que urgen, hay que tener presente que el Poder Judicial es un poder que estará, siempre, en continuos cambios, pues así lo exige la “realidad” circundante.
Como se ha dicho, en reiteradas ocasiones: “…Si examinamos el siglo XIX, el Estado costarricense pronto organizó y tuvo muy claro cómo estructurar el Poder Ejecutivo y al Legislativo, pero el Judicial fue un problema tras otro, un traspié y más equivocaciones y todavía podría verse que estamos haciendo esfuerzos para organizar ese sector del Estado, cuando ya los otros están sólidos en su definición.   Esto se debe, tal vez a que el derecho y la justicia son cuestiones muy delicadas, graves y tenues que se contraponen a la meridianidad de la política y a la facilidad de ejecución de las obras ( Guier, Jorge)”
Que al conmemorarse un año más de instalada la Corte,  el Poder Judicial se le fortalezca para que continúe siendo el garante, por excelencia, de la estabilidad política, económica y social del país y de la sólida democracia que será la mejor herencia que dejaremos a las futuras generaciones de costarricenses.

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