Miércoles, 28 Julio 2010 07:44

Juana y La Negrita, tercera parte

Escrito por

Mamá:         ¿Qué voy a hacer con esta chiquita?

Siempre es la misma cosa, todo se le olvida.

Y si de milagro no se le olvida, dura HORAS llegando.

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Qué terrible...

¡Es que vive en la Luna!

Sólo baja cuando sus amigos la llaman para jugar o ir a pasear al bosque. ¡Sólo para perder tiempo!

¡Cómo me preocupa!

Todavía no sabe hacer bien la comida, no obedece cuando uno le pide algo.

En un par de años va a tener su propia casa, su marido, cuidar sus hijos, hacer su oficio…

Ay ¿cómo va a hacer? Con lo fácil que se distrae…

Peor, ¿qué hombre va a querer casarse con una muchacha tan despistada?

¡Ay, qué dicha que por fin llegué donde Marta, así no me atraso tanto!

 

Narrador:     Su hermana Marta era una robusta mujer, que trabajaba cocinando para una familia de blancos que vivía en el centro de Cartago.

Al igual que Julia, vivía en una casa muy pobre, con piso de tierra y un fogón grande donde hacía la comida.

Allí vivía con su esposo y sus dos hijos: un muchacho de 14 años, ya casi un hombre, que acompañaba cada día a su padre a trabajar en la caña, y una hija de 7 años.

 

Marta:         ¡Julia! Hermana, ¿cómo le ha ido?

Y eso, ¿usted por acá?

 

Julia:            Hola Marta. Pues acá ando, molestando.

 

Marta:         Julia, usted no molesta,

¿En qué la puedo ayudar?

 

Julia:            No ve que volví a mandar a Juana a traerme leña…

 

Marta:         ¡Ay no! No me diga. Y ahora, ¿qué fue lo que pasó?

 

Julia:            No ve que después de una hora que estuvo recogiendo leña, llegó a la casa… ¡pero sin la leña!

Ahorita llega Pedro a la casa con esa hambre, y nada que empiezo la comida, todavía me falta lavar la ropa de las patronas…

 

Marta:         Tranquila Julia, ya le traigo un poco, aunque sea para que pueda cocinarle a mi cuñado.

Usted quédese tranquila. Ya vuelvo.

 

Control                 cortina de transición

 

Narrador     Mientras tanto en su casa, Juana no tiene más remedio que hacerle caso a su mamá, rociar el piso y barrer el polvo que se ha levantado en el día, aunque por dentro se muere de ganas de jugar con su nueva muñeca.

 

Juana:          Mejor empiezo a rociar y barrer para que mamá no se enoje más.

Voy a poner la muñeca en la mesa, ahora más tarde la guardo.

 

Control:     sonido de persona barriendo que digue a fondo de ...

 

Juana: ¡Qué suerte la mía encontrarme una muñequita tan linda!

 

Juana:          Ahora más tarde voy a salir a jugar con mi muñeca nueva.

Se la voy a enseñar a Ana y a María, y nos ponemos a jugar las tres.

 

Juana:          No, no puedo barrer con la muñeca ahí. Vamos muñequita, le voy a enseñar cuál es su nueva cama.

 

Juana se lleva la muñeca a su humilde cama para guardarla entre las cobijas, pero en eso, se volvió a quedar encantada viéndola tan linda.

 

Juana:          ¡Qué muñequita más linda! Es increíble, hasta pareciera que tuviera un bebé en los brazos.

¡Qué bonita!

                   ¡Nunca he tenido nada tan hermsso!

 

Narrador:     Mientras esto sucedía, su tía Marta regresaba con la leña para la madre de Juana.

 

Marta:         Tome este atado Julia, yo creo que con eso le alcanza

 

Julia:            Ay sí, Marta, más bien es mucho.

 

Marta:         No, no, tranquila.

 

Julia:                     Bueno Marta, muchas gracias. Que Dios se lo pague.

Salúdeme a Pablo y a sus hijos de mi parte.

Mañana vengo a reponerle la leña.

 

Marta:         No se preocupe y Cuídese hermana.

 

Narrador:     Julia empieza el camino a su casa, que se hace más largo por la carga de leña.

Aunque va abrumada por el peso y cansada por el trabajo de todo el día, su mente sigue repasando lo sucedido con su hija, aunque, ya pasado su enojo, ve las cosas de un modo diferente...

 

Mamá:         Ay! Tal vez traté muy mal a esta chiquilla.

Al fin y al cabo, todavía está muy huila y tiene la cabeza en todo lado.

Eso sí, tiene mucho ánimo, aunque sea para andar corriendo y brincando por todo lado con sus amigos.

Claro, cuando llega a la casa, viene tan cansada que me ayuda sin decir nada, con tal de que la deje ir a dormirse.

 

Mamá:         Señor, que cansada vengo!

No puede ser...

¡Juana! ¡Juana! ¡Venga para acá!

 

Juana: ¡Mamá! Llegó rápido.

 

Mamá:         A ver Juana, voy a darle la última oportunidad: hija, por favor dígame por qué todavía no me ha barrido.

 

Juana:          Es que no me ha dado tiempo de empezar, porque me fui a guardar unas cosas y…y…

(llorando) Perdón mamá, me distraje!

         Nunca me va a volver a pasar, se lo prometo.

 

Mamá:         Ay Juana, Juana, Juana….

Mejor dejemos esto.

Venga, ayúdeme con la comida.

Mañana temprano por favor va y busca leña otra vez y le va a dejar un poco a su tía.

 

Juana           Sí mamita, se lo prometo!

 

Narrador:     Con esta promesa, madre e hija comienzan a cocinar, volviendo a la rutina.

Lo que no sabían era que Juana estaba a punto de descubrir por qué esta muñequita es tan especial.

 

ELENCO:

Coordinador del proyecto: Gustavo Delgado Ramírez

Guión: Ivannia Herrera

Director Actoral: Juan Sepúlveda Troncoso

Orietta Aguilar Villa: Narradora

Gustavo Rojas Antillón: Padre Alonso de Sandoval, en el proyecto.

Lucía González Chacón: Juana Pereira.

Pedro: Gustavo Delgado Ramírez

Maria: Indira Solano Villalobos

Julia Pereira: Janeth Rojas Rojas

Marta Pereira: Olga Hidalgo Salazar

Grabación y edición digital; Mario Fernández, (Estudio de CANARA, Julio 2010)

Música: Maestro Luis Castillo QdDG (autorizada por su familia)

 

Su publicación fue posible gracias al apoyo y patrocinio de la Municipalidad de Cartago

 

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