Miércoles, 25 Mayo 2011 06:00

La vida de Billo Zeledón… el autor de la letra del Himno Nacional.

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¿Sabe usted quién fue Billo Zeledón? Tal vez ha escuchado su nombre, pero el país debe conocer mejor al autor de la letra del himno nacional, que usted escucha todas las mañanas y que canta con nosotros aquí en Panorama.
José María Zeledón nació en 1877 y desde que tenía 20 años fue un activista y un idealista con participación pública. Su conciencia social se forjó en las pobrezas que vivió porque sus padres murieron cuando era un niño y las tías que lo criaron vivieron penurias y una crisis económica.
Hizo sus primeras armas en el periodismo a los 13 años, cuando empezó a editar un volante que se llamó El Chilillo. De 1902 a 1915 dirigió la revista Pandemonium y en 1914 el periódico La Linterna
Su vida y su accionar se relacionan con gigantes de nuestra historia. Por ejemplo, fundó con Omar Dengo el Centro Germinal, que es un antecedente a los partidos con profundo interés por lo social.
Junto a Joaquín García Monge llevó adelante la impresión de libros con precios accesibles a través de la Librería Lectura Barata. Durante el gobierno de su amigo Alfredo González Flores, fue director de la Imprenta Nacional, y en los años 20 fue secretario general del Partido Reformista, cuyo candidato fue el ex sacerdote Jorge Volio.
Don Billo fue diputado en 1920, después de la dictadura de los Tinoco, con el partido Constitucional, que llevó a la presidencia a don Julio Acosta. En ese período, don Billo fue quien llevó adelante el proyecto de ley para declarar nulos y sin valor legal todos los actos y contratos ejecutados por el régimen de los Tinoco.
Junto a eso, en 1924 se crea el Banco Nacional de Seguros, germen del Instituto Nacional de Seguros, y nombran a don Billo como director en la primera junta directiva de la historia de la institución. También fue diputado constituyente, en 1949, ya cuando era un hombre mayor y enfermo.
Se le recuerda por frases muy valiosas como esta, “hay cargas preciosas como las de los ideales que sólo pueden perderse cuando se pierde la vida”.
O como esta otra, “la piedad es amorosa, la misericordia es encantadora, pero es más noble y más fecunda la justicia”.
Mañana le contaremos cómo fue que nació el himno nacional.
Colaboración del periodista Camilo Rodríguez Chaverri.
¿Sabe usted quién fue Billo Zeledón? Tal vez ha escuchado su nombre, pero el país debe conocer mejor al autor de la letra del himno nacional, que usted escucha todas las mañanas y que canta con nosotros aquí en Panorama.
José María Zeledón nació en 1877 y desde que tenía 20 años fue un activista y un idealista con participación pública. Su conciencia social se forjó en las pobrezas que vivió porque sus padres murieron cuando era un niño y las tías que lo criaron vivieron penurias y una crisis económica.
Hizo sus primeras armas en el periodismo a los 13 años, cuando empezó a editar un volante que se llamó El Chilillo. De 1902 a 1915 dirigió la revista Pandemonium y en 1914 el periódico La Linterna
Su vida y su accionar se relacionan con gigantes de nuestra historia. Por ejemplo, fundó con Omar Dengo el Centro Germinal, que es un antecedente a los partidos con profundo interés por lo social.
Junto a Joaquín García Monge llevó adelante la impresión de libros con precios accesibles a través de la Librería Lectura Barata. Durante el gobierno de su amigo Alfredo González Flores, fue director de la Imprenta Nacional, y en los años 20 fue secretario general del Partido Reformista, cuyo candidato fue el ex sacerdote Jorge Volio.
Don Billo fue diputado en 1920, después de la dictadura de los Tinoco, con el partido Constitucional, que llevó a la presidencia a don Julio Acosta. En ese período, don Billo fue quien llevó adelante el proyecto de ley para declarar nulos y sin valor legal todos los actos y contratos ejecutados por el régimen de los Tinoco.
Junto a eso, en 1924 se crea el Banco Nacional de Seguros, germen del Instituto Nacional de Seguros, y nombran a don Billo como director en la primera junta directiva de la historia de la institución. También fue diputado constituyente, en 1949, ya cuando era un hombre mayor y enfermo.
Se le recuerda por frases muy valiosas como esta, “hay cargas preciosas como las de los ideales que sólo pueden perderse cuando se pierde la vida”.
O como esta otra, “la piedad es amorosa, la misericordia es encantadora, pero es más noble y más fecunda la justicia”.
Mañana le contaremos cómo fue que nació el himno nacional.
Colaboración del periodista Camilo Rodríguez Chaverri.

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