Hace unos días, en la sección Foro, del periódico de La Nación, salió un artículo titulado “Comedia de Alterra debe terminar” de don Rodolfo Silva y cuatro personas más, cuyos nombres no son indicados. Don Rodolfo y compañeros aportan una serie de datos y hechos que hasta para el más lego en materia de concesión de obra pública, puede entender que el contrato que le concedió la administración de nuestra principal terminal aérea a la empresa Alterra, hace tiempo, debió haberse dado por roto, por los reiterados incumplimientos por parte de esta empresa privada, según queda expuesto en el citado comentario.
Es oportuno recordar, que el doctor Guillermo Constenla Umaña, quien fuera Ministro de Obras Públicas y Transportes, en la primera Arias Sánchez, recién se iniciaba la presente gestión de don Óscar, cuando don Guillermo se manifestó y señaló clara y públicamente que la relación con Altera no debía continuarse. Estas declaraciones del señor Constenla fueron des oficializadas, por el mismo presidente Óscar Arias y ante la solicitud de los periodistas de su reacción a lo manifestado por el presidente Arias, don Guillermo con la lealtad y corrección que lo caracterizan, dijo algo como, que no estaba en su actitud entrar a polemizar con don Óscar pues al fin y cabo, él es el Presidente de la República.
Pero no hay peor sordo que aquel que no quiere oír y pareciera ser que eso le ha pasado al actual Gobierno y a los dos anteriores, con la situación del Aeropuerto Juan Santamaría. Se han negado a ver y a aceptar la realidad que han tenido ante sus ojos.
Quienes hemos viajado con alguna regularidad a Guatemala, en los últimos doce meses, podemos decir que hace menos de un año el viejo Aeropuerto La Aurora en Ciudad Guatemala, solo mostraba a quienes arribábamos a esa terminal aérea, grandes vallas publicitarias que anunciaban la construcción del mejor y más moderno aeropuerto de Centroamérica. Debo confesar que la primera vez, que las leí, pensé que rajones son estos chapines, olvidando que son las y los hermanos centroamericanos quienes nos ven a nosotros como los más engreídos del área. Pero esto no es el tema de este comentario y no vale la pena ahondar en esas pequeñeces.
Les debo decir que once meses después, por lo menos, en lo que son las salas de abordaje, desembarqué, migración y aduanas no tienen nada pero absolutamente nada que envidiarles a las nuestras y cuidado si no, están mejores pues en Guatemala nunca he tenido que bajar a pista por una escalinata para tomar un bus o caminar a la terminal o subir al avión. Cosa que si he hecho en el Juan Santamaría, en varias veces, una hasta lloviendo, sin que si quiera se nos facilitara un paraguas.
De los aspectos de alta tecnología necesarios para una segura aeronavegación, no puedo opinar pues desconozco cómo están en esas materias ambos aeropuertos pero al juzgar como está infraestructura para la atención de las y los pasajeros entre una y otra terminal aérea, debo suponer que no sería nada raro, que también ya el aeropuerto guatemalteco esté igual o hasta mejor que el nuestro.
Cuando uno piensa que en unos meses el Aeropuerto La Aurora está, prácticamente, igual al Juan Santamaría, cuando este lleva años de años en el proceso de remodelación, uno no puede menos que sorprenderse y preguntarse ¿Qué nos está pasando a las y los costarricenses que en diferentes campos los demás países del área, nos están dejado rezagados en el camino del desarrollo y crecimiento?
Pero hay que ser más directos y preguntar ¿Qué les ha pasado a los distintos gobiernos que se han prestado a este juego con Alterra?