Lunes, 19 Septiembre 2011 05:17

Una respuesta a las contradicciones del gobierno ante una futura crisis

Me parece positivo que el Gobierno entienda que no puede repetir la historia del 2008 para resolver una crisis introduciendo más gasto al sector público y que, obviamente, no tiene las condiciones de superávit que se tenían en 2008. Sin embargo el día de ayer, el señor Vicepresidente de la República, la señora Ministra de Planificación, el señor Ministro de Hacienda y por supuesto el respetado Presidente del Banco Central, proponen dentro de los planes contra-cíclicos, la urgencia de aprobar la Ley de Solidaridad Tributaria, dadas las amenazas macroeconómicas internacionales.
Para todos es conocido que el crecimiento económico inducido por la fiscalidad dependerá básicamente de los efectos de los impuestos sobre las decisiones de los agentes –consumo privado interno y externo, pues nos volvemos menos competitivos; en inversión interna y extranjera directa– y también de los efectos de las políticas de gasto llevadas a cabo con tales ingresos tributarios. En principio, una reducción de impuestos incrementa la rentabilidad de la inversión y así fomenta la acumulación, la innovación y el desarrollo, y con ello la tasa de crecimiento, por lo tanto un aumento deriva en lo contrario.
La primera economía mundial aprobó el dos de agosto una ley presupuestaria  que combina un aumento del límite legal de la deuda pública con una reducción del gasto federal, pero no autorizo un aumento en los impuestos.
En el caso de Costa Rica, cuyo gobierno, pareciera perfilar sus políticas macroeconómicas de forma contraria no solo a lo que dicta la teoría económica, sino a las medidas que adoptan economías tan influyentes como la de los Estados Unidos, hay que recordar el impacto en los precios, si se aprobase la propuesta fiscal, es de cuatro puntos porcentuales en la inflación y estaremos viendo un 2012 con una inflación rondando el doce por ciento.
Se nos podría aproximar una crisis económica provocada internamente producto del aumento de impuestos y no importada. Más impuestos se traduce en recesión, recesión provocada, por cortoplacismo y falta de voluntad política para mejorar la gestión pública.
PATRICIA PÉREZ HEGG
DIPUTADA
Me parece positivo que el Gobierno entienda que no puede repetir la historia del 2008 para resolver una crisis introduciendo más gasto al sector público y que, obviamente, no tiene las condiciones de superávit que se tenían en 2008.
Sin embargo el día de ayer, el señor Vicepresidente de la República, la señora Ministra de Planificación, el señor Ministro de Hacienda y por supuesto el respetado Presidente del Banco Central, proponen dentro de los planes contra-cíclicos, la urgencia de aprobar la Ley de Solidaridad Tributaria, dadas las amenazas macroeconómicas internacionales.
Para todos es conocido que el crecimiento económico inducido por la fiscalidad dependerá básicamente de los efectos de los impuestos sobre las decisiones de los agentes –consumo privado interno y externo, pues nos volvemos menos competitivos; en inversión interna y extranjera directa– y también de los efectos de las políticas de gasto llevadas a cabo con tales ingresos tributarios. En principio, una reducción de impuestos incrementa la rentabilidad de la inversión y así fomenta la acumulación, la innovación y el desarrollo, y con ello la tasa de crecimiento, por lo tanto un aumento deriva en lo contrario.
La primera economía mundial aprobó el dos de agosto una ley presupuestaria  que combina un aumento del límite legal de la deuda pública con una reducción del gasto federal, pero no autorizo un aumento en los impuestos.
En el caso de Costa Rica, cuyo gobierno, pareciera perfilar sus políticas macroeconómicas de forma contraria no solo a lo que dicta la teoría económica, sino a las medidas que adoptan economías tan influyentes como la de los Estados Unidos, hay que recordar el impacto en los precios, si se aprobase la propuesta fiscal, es de cuatro puntos porcentuales en la inflación y estaremos viendo un 2012 con una inflación rondando el doce por ciento.
Se nos podría aproximar una crisis económica provocada internamente producto del aumento de impuestos y no importada. Más impuestos se traduce en recesión, recesión provocada, por cortoplacismo y falta de voluntad política para mejorar la gestión pública.
PATRICIA PÉREZ HEGG
DIPUTADA

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