Jueves, 21 Mayo 2015 16:04

El tiempo y el periodista

Se afirma que el tiempo no se detiene.  Muchos dicen que el pasado ya no existe, que el presente es tan fugaz que es imposible capturarlo para vivirlo, y que el futuro incierto no es más que una expectativa reflejo de nuestros temores, deseos y anhelos.  

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Pero a veces el tiempo si se detiene! No es fácil ni frecuente que aquello ocurra, pero sucede!, Son esos pequeños instantes de reflexión sobre lo que somos;en los que examinamos cómo pudimos llegar adonde estamos, y meditamos sobre loque debemos hacer para seguir nuestro camino.

No cualquier acontecimiento es capaz de abrir la ventana que nos permite echarle un vistazo a nuestra íntima realidad;  y observar lo que fue, lo que es y lo que podría llegar a ser,a partir de las decisiones que tomemos, y de como nos comportemos.Pero inmensamente más difícil, es que aquél suceso tenga la virtud de que el pensamiento de toda una colectividad converja en un mismo momento en aquellas reflexiones.  Sin embargo, también sucede!

El tiempo que no se detiene, se detuvoeste 14 de mayo, para que en la intimidad de nuestros pensamientos despidiéramosa don Rolando Angulo Zeledón, periodista costarricense y patriota, quién a través dela radiollegó a ser parte de la familia de todos, y voz de luz para la cultura informada y consciente de una nación.

Siempre supo que su misión en la vida era la de cumplir con la delicada labor de informar. El deber de curar a la sociedad de la oscuridad en que la mantiene lo que ignora, y el compromiso de levantar debate público sobre las acciones que la pudiesen llegar a ofender, fue su misión.

Rolando Angulo supo detener el tiempo a diario en minutos de sabia opinión, para hacernos meditar sobre la información que nos entregaba.   Comprendió bien en ello,la importancia del pleno y responsable ejercicio de la libertad de expresión en una sociedad democrática.

Dios, la Virgen y la familia primero y siempre a su lado, como guías sabias de lo que debe ser, y prevalecer.  La Costa Rica de ayer y de hoy que conocemos, se hizo y creció de la mano y con la voz del periodista que hizo del tiempo su aliado. 

Hagamos que con su recuerdo, el futuro de quienes nos hemos quedado atrás, también transcurrapor el buen sendero que él tuvo el coraje de andar.

Minuto tres;  eterna gloria … sin final.

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